El proceso se puede resumir en la recolección y calificación del cobre según su pureza. Dependiendo de cuál sea la condición puede ser enviado para ser fundido directamente o ser sometido a tratamiento.
Cuando el cobre está fundido se realiza un análisis químico para reconocer la pureza del material, después de esto se desoxida para finalmente convertirlo en lingotes. En caso de conseguir más oxido dentro del material se debe realizar una electro-refrigeración, con este proceso se pueden eliminar las impurezas capaces de hacer perder o reducir las propiedades del cobre.